El olfato

Hay dos cosas que las sociedades grandes, complejas, no dejan de producir: información y basura. A veces vienen enmascaradas bajo el mismo envoltorio. Diferenciarlas no depende, como pudiera parecer, de la vista, sino del olfato. Por ejemplo, uno lee que algunos de los terroristas de París entraron en Europa haciéndose pasar “probablemente” (sic) por refugiados sirios y el ojo, siempre más torpe, nos lo hace aparecer como un pedazo de magro informativo. Pues no. Sólo hay que acercar la nariz para saber, por el hedor creciente que despide en tertulias y foros, que se trata de lo otro. Nada más ser publicado empiezan a comérselo los lentos pero seguros microorganismos de nuestra prevención, y ultimada la tarde es pura podredumbre, ya sólo alentada por carroñeros.

Larga vida a la cadena trófica periodística.

Anuncio publicitario

Acerca de Rubén Diez Tocado

Narrador. Poeta. Bípedo. Omnívoro. Bloguero sobrevenido. Premio Tiflos de cuento por "Los viajes del prisionero" (finalista del Premio Setenil 2015). Premio Internacional Martín García Ramos de poesía por "La nada discontinua" (Ed. Difácil). Contacto: rubendieztocado@gmail.com
Esta entrada fue publicada en Notas al margen y etiquetada , , , , , . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s